Estrategia y variabilidad (Incorpore la estadística en su plan estratégico)

La década de los 70 fue un período crucial en el desarrollo de la gestión gerencial con el surgimiento de nuevas metodologías como el Justo a Tiempo, la Calidad Total y posteriormente la Reingeniería o mejora radical de los procesos en oposición a la mejora continua. Estos enfoques revolucionaron la forma en que se gestionaban las empresas y buscaban mejorar la eficiencia, la calidad y la competitividad.

El Dr. William Deming fue una figura fundamental en ese contexto. Sus enseñanzas se centraban en la importancia de la gestión de la calidad y la aplicación de principios estadísticos para mejorar los procesos y reducir la variabilidad. Deming hizo hincapié en la necesidad de comprender y gestionar la variabilidad inherente a los procesos, tanto internos como externos, y cómo afectaba la calidad de los productos y servicios.

Sus ideas y principios se basaban en el concepto de «calidad total», que no solo se enfocaba en la calidad del producto final, sino también en la calidad de los procesos y las interacciones dentro de la organización. Deming promovía la idea que la gestión de la calidad no era solo responsabilidad del departamento de control de calidad, sino de todos los niveles y departamentos de la empresa.

La influencia de Deming y sus enseñanzas fue significativa en la gestión gerencial de esa época y dejó un legado duradero. Sus principios continúan siendo relevantes en la actualidad, especialmente en lo que respecta a la comprensión y gestión de la variabilidad en los procesos y la mejora continua.

Es comprensible que su impacto haya dejado una marca en nuestra experiencia y que aún hoy en día siga siendo relevante. La gestión de la variabilidad es un desafío constante en el entorno empresarial y comprender las enseñanzas de expertos puede proporcionar una base sólida para abordar este desafío y mejorar los resultados de una organización, incluyendo sus planes estratégicos.

La razón por la cual la variabilidad se convirtió en una preocupación constante para mí fue por las dificultades enfrentadas en mi experiencia previa en el área de ingeniería industrial en varias empresas multinacionales. Como responsable de la producción, compras e inventarios, me encontré constantemente lidiando con problemas como faltantes de productos o materias primas, retrasos en las entregas y variaciones en los consumos.

Estos problemas afectaban directamente la eficiencia y la planificación de las operaciones. Las técnicas de gestión disponibles en ese momento no eran suficientes para realizar pronósticos precisos y permitir una planificación adecuada de compras, inventarios y producción. La falta de capacidad para predecir y controlar la variabilidad generaba costos adicionales, retrasos y dificultades en la operación diaria de las empresas. Por otra parte el problema de variabilidad se relacionaba con los premios y castigos por no alcanzar o mantener determinada meta.

Fue en ese contexto que me di cuenta de la importancia de abordar la variabilidad de manera efectiva. Comprendí que era un elemento inherente a los procesos y operaciones, y que ignorarla o no gestionarla adecuadamente, tenía consecuencias significativas para la eficiencia y el éxito de una organización.

Así que me propuse explorar y aprender sobre técnicas que permitieran comprender y controlar la variabilidad en los procesos. De esa época entré en contacto con las enseñanzas del Dr. William Deming y su enfoque en la gestión de la calidad y la aplicación de principios estadísticos. Estas enseñanzas me proporcionaron herramientas y conocimientos básicos para abordar los desafíos relacionados con la variabilidad sin ser un profesional de la estadistica.

De ahí mi insistencia en el tema de la variabilidad se basa en mi experiencia personal y en la comprensión de cómo puede afectar negativamente las operaciones empresariales y la moral de sus colaboradores. Mi objetivo es compartir este conocimiento y promover la importancia de gestionar adecuadamente la variabilidad en los procesos y operaciones para lograr mejores resultados en las organizaciones.

Un común denominador

Efectivamente, había un denominador común en los problemas que enfrentábamos en relación con la variabilidad. El principal desafío residía en la dificultad para realizar pronósticos precisos y confiables. La variación en los consumos, las entregas, el tiempo de tránsito y otros aspectos afectaba nuestra capacidad para planificar y llevar a cabo nuestras tareas de manera eficiente.

Es importante tener en cuenta el contexto en el que estábamos trabajando. Antes de los años 80, las computadoras y las herramientas de software no estaban tan ampliamente disponibles como lo están hoy en día. Dependíamos principalmente de métodos manuales, como el uso de papel y lápiz, e incluso el seguimiento de inventarios se basaba en sistemas como los «Kardex».

En ese momento, comenzamos a escuchar sobre grandes cambios que estaban ocurriendo en empresas japonesas, así como en otros países asiáticos, los tigres y tigrillos de Asia. Estas empresas ofrecian productos con una variación mínima en cuanto a calidad, cantidad y fecha de entrega. Se mencionaba que esto se debía, en parte, a enfoques como el Justo a Tiempo y la Calidad Total.

Sin embargo, al investigar más a fondo, descubrimos que detrás de estos enfoques se encontraban las enseñanzas en técnicas estadísticas del Dr. William Deming quien insistá en la importancia de comprender y gestionar la variabilidad en procesos y operaciones. Sus enseñanzas sobre control estadístico de procesos y mejora continua fueron fundamentales para lograr consistencia en la calidad y la entrega de productos.

Reconocer la variabilidad

Efectivamente, al reconocer la presencia de la variabilidad en todos los aspectos de nuestras operaciones, nos dimos cuenta que necesitábamos encontrar formas de controlarla y mejorar nuestro nivel de precisión en múltiples aspectos. Simplemente conocer que la variabilidad existe no es suficiente, se requiere tomar medidas para controlarla de manera efectiva.

Durante nuestro proceso de aprendizaje, descubrimos que la variabilidad se puede clasificar en dos tipos: la variabilidad originada en causas comunes o normales de los procesos y la variabilidad atípica o anormal, ajena a esos mismos procesos. Esta distinción fue crucial para entender cómo abordar y controlar la variabilidad en nuestras operaciones.

Aprendimos que la variabilidad originada en causas comunes es inherente a los procesos y operaciones. Estas causas comunes son patrones normales y predecibles de variación que ocurren en cualquier proceso. Por otro lado, la variabilidad anormal se debe a causas especiales o excepcionales que están fuera del control normal de los procesos.

Para controlar la variabilidad, era necesario establecer límites de variación adecuados y asegurar que nuestros procesos estuvieran bajo control. Esto implicaba mejorar y optimizar procesos para reducir la variabilidad originada en causas comunes. Al hacerlo, podríamos lograr una mayor consistencia en la calidad, la producción, las entregas y otros aspectos operativos.

Técnicas estadísticas

Las técnicas estadísticas desempeñan un papel fundamental en el manejo de la variabilidad y la mejora de los procesos. La estadística proporciona herramientas para analizar y comprender los datos, identificar patrones y tendencias, y tomar decisiones basadas en evidencia.

Existen numerosas técnicas estadísticas que son útiles en la gestión de la variabilidad. Por ejemplo, la distribución normal nos ayuda a comprender la forma en que se distribuyen los datos alrededor de un promedio, lo que nos permite establecer límites y tomar decisiones sobre la variabilidad aceptable y hacer mejores pronósticos.

La desviación estándar es otra medida estadística valiosa que nos indica la dispersión de los datos con respecto a su media. Nos permite evaluar la consistencia y previsibilidad de los resultados, y así identificar oportunidades de mejora.

El análisis de correlación nos ayuda a comprender las relaciones entre diferentes variables y cómo influyen entre sí. Es especialmente relevante cuando se trata de identificar las causas subyacentes de la variabilidad y tomar medidas para controlarla. También es indispensable contar con análisis de regresión.

Planes estratégicos y la estadística:

A pesar de la importancia de las técnicas estadísticas, se presta poca atención en las empresas y, aún más, relacionado con los Planes Estratégicos. Muchas organizaciones subestiman el poder de la estadística para comprender los datos que emanan de sus indicadores estratégicos y mejorar los procesos. En lugar de ello, se centran más en aspectos operativos o estratégicos sin tener en cuenta el análisis estadístico como una herramienta fundamental. Se comparan resultados de un mes contra el anterior o contra el mes del año anterior, se presentan resultados basados en promedios, porcentajes, ponderaciones. Ver la fotografía en el «Dashboard», es suficiente.

Integrar la estadística de manera más sólida en las empresas y en los Planes Estratégicos puede proporcionar una ventaja competitiva significativa al permitir una toma de decisiones más informada y basada en información confiable de todos sus indicadorres estratégicos, llámese Okr´s o Kpi´s.

A pesar de los avances tecnológicos y la disponibilidad de herramientas más sofisticadas, todavía enfrentamos desafíos relacionados con la variabilidad no solo de los procesos productivos, si no de las ventas, el Ebitda, satisfacción de clientes producto de las auditorias de servicio, tiempos de respuesta, nivel de faltantes y todos los demás procesos empresariales. La variabilidad es inherente a cualquier sistema y es algo que debemos aceptar y aprender a manejar.

El problema radica en que muchas personas aún no comprenden completamente la importancia de controlar la variabilidad y cómo afecta a los resultados. Siguen enfocándose en los resultados finales y critican los resultados sin investigar a fondo las causas subyacentes y los procesos involucrados. En muchas ocasiones se llama la atención por un resultado que bajó, si entender que eso es normal y no se debe hacer nada.

Es crucial reconocer que la variabilidad existe y siempre estará presente. En lugar de tratar de eliminarla por completo, debemos concentrarnos en entenderla, medirla y controlarla dentro de límites aceptables. Esto implica mejorar los procesos, reducir la variabilidad no deseada y mantener la variabilidad inherente en un rango predecible y manejable.

Si observamos organizaciones exitosas, podemos ver que han logrado controlar la variabilidad en sus operaciones de manera efectiva. Han implementado sistemas de control y procesos rigurosos para garantizar resultados consistentes y confiables. Aquellas organizaciones que logren dominar la variabilidad tendrán una ventaja competitiva en un entorno empresarial en constante cambio.

Entendiendo la variabilidad

La variabilidad se refiere a las diferencias o fluctuaciones que existen en cualquier proceso o situación. Estas diferencias pueden ser inherentes y normales, o se pueden deber a factores anormales o no controlables.

Imaginemos un equipo de fútbol. A lo largo de una temporada, el equipo puede obtener diferentes resultados en sus partidos: puede ganar, perder o empatar. Esta variabilidad en los resultados es normal y esperada, ya que cada partido es único y puede haber numerosos factores que influyan en el resultado, como el rendimiento de los jugadores, las tácticas del equipo contrario, las condiciones climáticas, el nivel de equipos en competencia, entre otros.

En el ámbito escolar, los estudiantes también experimentan variabilidad en sus calificaciones. Algunos días pueden obtener mejores resultados en las pruebas, mientras que en otros días pueden tener un desempeño inferior. Esto es normal debido a diferentes factores, como la dificultad de las pruebas, la preparación previa, la concentración, entre otros.

En el entorno empresarial, la variabilidad también está presente. Las empresas establecen metas de ventas y objetivos en sus planes estratégicos. Sin embargo, los resultados pueden variar debido a factores como la demanda del mercado, la competencia, los cambios económicos, entre otros. Algunas veces se logran superar las metas, mientras que en otras ocasiones se quedan por debajo de lo esperado.

La clave está en comprender que la variabilidad es una realidad inevitable en casi todos los aspectos de la vida. No podemos eliminarla por completo, pero podemos aprender a gestionarla y minimizar su impacto negativo. Esto implica mejorar los procesos, establecer límites de variación aceptables y utilizar técnicas estadísticas para comprender y controlar la variabilidad.

En lugar de castigar a los empleados por los resultados variables, es importante comprender las causas subyacentes y trabajar en mejorar los procesos para reducir la variabilidad no deseada. Además, en lugar de enfocarse únicamente en los resultados finales, es crucial analizar el desempeño de manera más amplia y considerar los factores que lo afectan.

La variabilidad es un fenómeno natural y aprender a vivir con ella, entenderla y controlarla nos permite mejorar los procesos y tomar decisiones más informadas en diferentes ámbitos de la vida.

Variabilidad y planes estratégicos.

Los planes estratégicos han existido durante mucho tiempo y han evolucionado a lo largo de la historia. El concepto de estrategia se remonta a épocas de conflictos militares y se ha aplicado en diversas áreas, incluida la gestión empresarial.

En el ámbito empresarial, los planes estratégicos son documentos que establecen objetivos a largo plazo de una organización y acciones necesarias para alcanzarlos. Estos planes se basan en un análisis exhaustivo del entorno, los recursos disponibles y las capacidades internas de la empresa. Los indicadores se utilizan para medir el progreso hacia los objetivos establecidos y evaluar el desempeño de la organización.

Sin embargo, a medida que los planes estratégicos se han vuelto más populares, se ha prestado más atención a la elaboración del plan en sí y a la definición indicadores, descuidando el análisis profundo de los datos que generan esos indicadores.

Aquí es donde la estadística desempeña un papel crucial. La estadística es una disciplina que nos permite recopilar, organizar, analizar e interpretar datos. Al aplicar técnicas estadísticas al análisis de datos, podemos descubrir patrones, tendencias, relaciones y obtener información valiosa que puede respaldar la toma de decisiones estratégicas. Es por medio de los datos la única forma en que podemos validar el efecto de los cambios como resultado de las iniciativas planteadas incluso verificar si la hipótesis estratégica es correcta o no.

El análisis estadístico nos permite comprender la variabilidad presente en los datos y cómo afecta a los indicadores clave. Podemos identificar las causas comunes, que son inherentes a los procesos y pueden ser controladas y mejoradas, así como las causas especiales, que son anormales y requieren atención inmediata con cambios radicales en los procesos estratégicos.

Al tener un enfoque estadístico en el análisis de datos y en la interpretación de los indicadores del plan estratégico, podemos obtener una comprensión más profunda de los resultados, identificar áreas de mejora, tomar decisiones informadas y ajustar nuestras iniciativas estrategicas según sea necesario, incluso de la estrategia en general.

Los planes estratégicos incluyen indicadores para medir el progreso y el desempeño de la organización. Estos indicadores suelen establecerse en diferentes escalas de tiempo, desde mediciones anuales hasta mensuales o incluso más frecuentes.

En diversas oportunidades se han hecho cambios en los indicadores, nombrándolos como inductores o indicadores de proceso e indicadores de resultados como los Okr´s. Sin embargo, la presencia de indicadores en un plan estratégico no garantiza necesariamente un análisis profundo de los datos ni una comprensión completa de la variabilidad de esos indicadores. Muchas veces los indicadores presentan únicamente los resultados finales, sin considerar los factores ni las causas que afectan esos resultados. Se muestran mejoras, pero nadie tiene claro el porqué de la mejora y si es sostenible en el futuro.

Los indicadores son solo una parte de la ecuación. Es necesario tener en cuenta los inductores, que son los factores o variables que influyen en los resultados que se están midiendo. Estos inductores suelen estar relacionados con los procesos y actividades que se llevan a cabo dentro de la organización. Esa es la relación causa efecto.

Al analizar los datos provenientes de los procesos y medir los inductores relevantes, podemos obtener una visión más completa y detallada de su comportamiento. Esto nos permite comprender cómo influyen en los resultados finales y nos brinda la oportunidad de realizar proyecciones más precisas y tomar medidas correctivas si es necesario.

El análisis de los inductores y el monitoreo constante de los datos a lo largo del tiempo nos proporciona información valiosa para identificar tendencias, desviaciones y oportunidades de mejora en los procesos. Esto nos permite tomar decisiones informadas y ajustar la estrategia de manera oportuna.

No es práctico ni necesario tener indicadores diarios o semanales en un plan estratégico a nivel general o gerencial. Sin embargo, lo que sugiero es que los indicadores estratégicos se complementen con indicadores de actividad o procesos que estén más cercanos a la línea donde está la acción. Esto es el alineamiento vertical, donde la estrategia se desagrega hasta los que están en contacto con el cliente.

Los indicadores de actividad pueden tener una mayor frecuencia de registro, semanal o incluso diaria, dependiendo del proceso y de la relevancia de la información. Al desagregar los indicadores estratégicos en indicadores de actividad, se establece una relación causa-efecto entre las acciones y los resultados finales.

Por ejemplo, si en el sector bancario se tiene un indicador estratégico relacionado con la satisfacción del cliente, podría ser útil desagregar este indicador en inductores de actividad más operativos, como el tiempo de espera en ventanilla, el trato al cliente, etc. Estos indicadores de actividad se pueden medir con mayor frecuencia y proporcionar información inmediata sobre el desempeño y la variabilidad en los procesos.

El objetivo de esta desagregación es comprender cómo las acciones y decisiones tomadas a nivel de actividad o proceso influyen en los resultados estratégicos. Al tener una visión más detallada y en tiempo real de los indicadores de actividad, se puede identificar la variabilidad y realizar ajustes o mejoras de manera más efectiva.

Frecuencia con que se toma el dato,

La frecuencia de toma de datos es importante y varía según el contexto y la naturaleza del proceso. Sin embargo, más allá de la frecuencia, lo fundamental es utilizar los indicadores de manera activa y continua para monitorear el desempeño y tomar acciones oportunas.

En lugar de esperar hasta el final de un periodo largo para revisar los resultados, (conocemos de una organización que revisa sus resultados cada dos años, increible) es preferible tener indicadores que permitan un monitoreo regular y en tiempo real. Esto implica establecer sistemas de seguimiento que registren y proporcionen información actualizada sobre el desempeño de los procesos y actividades relacionadas con el plan estratégico.

El objetivo es detectar cualquier desviación o variabilidad en los indicadores y tomar medidas correctivas de manera temprana. Esto permite una gestión proactiva y la capacidad de hacer ajustes a tiempo, en lugar de reaccionar únicamente ante los resultados finales. En nuestro tiempo lo llamábamos de manera coloquial indicadores biopsia y de autopsia. Con los resultados de la biopsia puede salvar al paciente, con la autopsia, ya no se puede hacer nada más que lamentarse.

Es importante establecer un sistema de análisis de los datos recopilados para obtener información relevante y generar conocimiento sobre el comportamiento de los procesos. Esto implica educar en técnicas estadísticas y de análisis de datos para identificar patrones, tendencias y relaciones que ayuden a comprender las causas de la variabilidad y tomar decisiones informadas. Los tableros de control dan un vistazo, una fotografía del instante, pero no dicen nada de cuál es el comportamiento.

El control de la variabilidad en el plan estratégico implica comprender y gestionar las fuentes que afectan los resultados de los distintos procesos involucrados, no existe un indicador que no esté ligado a un proceso. Esto implica realizar un análisis detallado de las causas de la variabilidad y tomar medidas para reducirla y controlarla.

En primer lugar, es importante identificar las fuentes de variabilidad tanto internas como externas que pueden impactar en el cumplimiento de los objetivos del plan estratégico. Esto incluye factores como cambios en la demanda del mercado, fluctuaciones en los precios de los insumos, variaciones en los tiempos de entrega, entre otros. No todo lo que se mide es importante ni todo lo que es importante se mide, dijo Einstein.

Una vez identificadas las fuentes de variabilidad, es necesario implementar iniciativas estratégicas para controlarlas. Esto implica establecer medidas y controles que permitan reducirla y minimizar su impacto en los resultados. Esto puede incluir la estandarización de procesos, la capacitación de empleados, la implementación de sistemas de calidad, la mejora continua y la adopción de tecnologías que optimicen la eficiencia y la consistencia de los procesos como la misma Inteligencia Artificial, tan de moda en estos días.

Es fundamental contar con indicadores de desempeño adecuados que permitan su monitoreo en tiempo real. Estos indicadores deben ser medidos de manera regular y analizados para detectar desviaciones y tendencias que indiquen la presencia de variabilidad incontrolada. Esto facilita la toma de decisiones oportunas y la implementación de acciones correctivas para mantener el plan estratégico en el rumbo correcto.

Formas de controlar y mejorar la variabilidad

Para controlar y mejorar la variabilidad, es necesario seguir algunos pasos clave:

  1. Identificar las causas : Realizar un análisis exhaustivo para identificar las diferentes fuentes de variabilidad que afectan el proceso. Esto implica examinar tanto las variables internas como las externas que pueden influir en los resultados.
  • Establecer límites de control: Determinar los límites naturales para el proceso. Estos límites representan un rango aceptable de variación y se calculan generalmente utilizando la desviación estándar, pero recomendamos utilizar el rango móvil por sus múltiples beneficios. Los datos que caen dentro de estos límites se consideran variación normal, mientras que los datos fuera de los límites indican la presencia de causas especiales que requieren atención.
  • Recopilar datos y medir el desempeño: Recolectar datos relevantes y medir su desempeño con regularidad. Esto implica utilizar indicadores clave de desempeño (KPI´s) que permitan monitorear las variaciones y comparar los resultados obtenidos con los límites establecidos.
  • Analizar las causas especiales : Cuando los datos indican la presencia de causas especiales, es importante investigar y comprender a fondo las razones detrás de ellas. Esto implica realizar análisis detallados, como el análisis de causa raíz, para identificar las causas subyacentes y abordarlas de manera efectiva.
  • Implementar acciones correctivas: Una vez identificadas las causas especiales de variabilidad, se deben implementar acciones correctivas para mitigar su impacto. Esto puede incluir ajustes en los procesos, capacitación del personal, mejoras en la infraestructura o cualquier otra medida necesaria para reducirla.
  • Monitorear y evaluar continuamente: El control de la variabilidad de sus indicadores estratégicos es un proceso continuo. Es importante mantener un monitoreo constante de los indicadores, realizar evaluaciones periódicas y realizar ajustes según sea necesario. Esto permite mantener la variación bajo control y realizar mejoras continuas al proceso.

Más allá de los Planes Estratégicos

El control de la variabilidad y el uso de indicadores no se limita únicamente a los planes estratégicos. También es relevante en otros contextos, como los sistemas de gestión de calidad basados en normas como ISO 9001, la ISO 14001 y las otras normas que se han venido desarrollando.

Aunque las normas para la Gestión de la Calidad, como ISO 9001 no enfatizan directamente el uso de indicadores, su enfoque principal es establecer objetivos y metas para mejorar la calidad y la eficiencia de los procesos. Sin embargo, los indicadores son una herramienta fundamental para medir y controlar la variabilidad en estos procesos. En lo personal, considero que es más efectivo este control que el cumplimiento de un procedimiento, máxime si es malo y conduce a error. Sería interesante las auditorias aplicaran el concepto de variabilidad es su análisis.

En la implementación de un sistema de gestión de calidad, los indicadores pueden ser utilizados para monitorear el desempeño de los procesos, medir el cumplimiento de los objetivos establecidos y detectar desviaciones o problemas en la calidad. Estos indicadores deben estar vinculados a los objetivos de los procesos y proporcionar información cuantitativa para evaluar su rendimiento.

En las auditorías de sistemas de gestión de calidad, se debe evaluar si se tiene un control efectivo de la variación en los procesos y si se utilizan indicadores adecuados para medir y mejorar el desempeño. Esto implica demostrar que se recopilan datos relevantes, se analizan los resultados, se toman acciones correctivas y se realizan mejoras continuas. Es preferible una toma de decisiones basada en el análisis de datos, que tan solo en la evidencia.

Claves para controlar la variabilidad y mejorar los procesos

  1. Entender las teorías básicas: Es importante tener conocimiento de teorías de Deming como la Teoría de Sistemas, la Teoría de la Causalidad y la Teoría de la Variabilidad. Estas teorías proporcionan un marco conceptual para comprender cómo los procesos están interrelacionados, cómo identificar y corregir causas de variabilidad y cómo analizar y gestionar los datos.
  2. Establecer indicadores adecuados: Es esencial definir indicadores que estén alineados con los objetivos estratégicos y que reflejen los aspectos clave de los procesos. Estos indicadores deben permitir medir y controlar la variabilidad en diferentes niveles, ya sea diaria, semanal, mensualmente o según la frecuencia pertinente para cada proceso.
  3. Aplicar métodos de análisis de datos: Es necesario utilizar métodos estadísticos y herramientas de análisis de datos para comprender la variabilidad y sus causas subyacentes. Esto implica recopilar datos de manera sistemática, analizarlos adecuadamente y utilizar técnicas como el control estadístico de procesos (CEP), gráficos de control y otras herramientas estadísticas para identificar patrones, tendencias y desviaciones.
  4. Realizar mejoras continuas: Una vez que se identifican las causas de la variabilidad, es importante implementar acciones correctivas y preventivas para mejorar los procesos. Esto implica hacer ajustes, cambios en los procedimientos, capacitación del personal y otros esfuerzos para reducir la variabilidad y lograr resultados consistentes y predecibles.
  5. Promover una cultura de mejora continua: Es fundamental fomentar una cultura organizacional que valore la mejora continua y el control de la variabilidad. Esto implica involucrar a todos los miembros del equipo, capacitarlos en la comprensión y aplicación de sus principios y establecer un enfoque de aprendizaje constante en toda la organización.

En conclusión

Es fundamental controlar y mejorar la variabilidad para lograr resultados consistentes y predecibles. Esto implica comprender las teorías básicas, establecer indicadores adecuados, analizar y gestionar los datos, implementar acciones correctivas y preventivas, y fomentar una cultura de mejora continua. Sin embargo, también es importante tener en cuenta que los datos por sí solos no son suficientes (mucho menos los tableros o dashboard). Es necesario realizar un análisis adecuado de los datos y tener confianza en su calidad y fiabilidad. Solo confiar en los datos sin un análisis riguroso puede resultar en una pérdida de tiempo y no generar mejoras significativas en los procesos.


Descubre más desde ISOSCORECARD

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

2 respuestas a “Cómo controlar la variabilidad en la estrategia”

  1. Avatar de ISOSCORECARD

    […] Cómo controlar la variabilidad en la estrategia 7.      https://isoscorecard.wordpress.com/2023/06/30/estrategia-y-variabilidad/ […]

    Me gusta

  2. Avatar de Listado de artículos en el Blog – ISOSCORECARD

    […] controlar la variabilidad en la estrategia 7.      https://isoscorecard.wordpress.com/2023/06/30/estrategia-y-variabilidad/ […]

    Me gusta

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Pensamiento

Si requiere de ayuda virtual, puede contar con nosotros, sin costo, sin fines de lucro ni promocionar productos. Solo espiritu de ayuda.

~ Gilberto Quesada

Designed with WordPress

Descubre más desde ISOSCORECARD

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo